Entre el 17 de octubre y el 17 de noviembre el oficialismo resistió la corrida cambiaria y revirtió una agenda a la que corrió de atrás desde el arranque, aquel lejano 10 de diciembre del 19.
Alberto Fernández se guardó durante ocho meses el proyecto de legalización de la interrupción voluntaria del embarazo. El anteproyecto, cuya redacción encabezó Vilma Ibarra, pasó por el tamiz de otras dos carteras ministeriales sin que se filtre una coma. Otro tanto tuvo que esperar el impuesto a las grandes fortunas, llamado, más pomposamente: Aporte Solidario Extraordinario. Tras escuchar a los futuros aportantes, cuesta imaginar que la oblación venga acompañada de un gesto parecido a la solidaridad.
En algunos ámbitos peronistas, con satisfacción acompañada de alguna pizca de picante, circuló una sentencia: “ahora sí, éste gobierno peronista se parece a un gobierno peronista”. Más allá de la pertinencia de las comparaciones, que siempre son odiosas, la frase hace notar que la hoja de ruta que trazaron desde la Casa Rosada para cerrar el año incorpora agenda económica, climática y de ampliación de derechos.
El dibujo de los espacios políticos tras la votación de Diputados del Aporte Solidario sí parece dar crédito a la imagen que evoca a los peronismos históricos. De un lado, el oficialismo en bloque, espacios peronistas provinciales, parte del lavagnismo y un par de votos birlados a algún mandamás radical; del otro, la derecha liberal-conservadora y el partido centenario. La izquierda, cuando indague nuevamente en las razones de su magra cosecha electoral en los próximos turnos electorales, podrá recordar una ocasión más en la que le dio la espalda a una iniciativa bien ponderada por las mayorías adentro y afuera del Congreso.
Así, el ágora que le dio marco institucional a la carrera que el gobierno suda contra el coronavirus, comenzó a debatir los planes que Alberto Fernández tenía en su cabeza al asumir la presidencia. Tras más de un año de Gobierno, el Congreso incorpora a su agenda parlamentaria un menú lo suficientemente variado como para vestir las discusiones de la mesa navideña: Jubilaciones, impuesto a los ricos, ecología y aborto legal. En este número de Realidad en Aumento, Nicolás Mársico se sumerge en la dinámica del oficialismo en el Congreso: la articulación entre Sergio Massa y Máximo Kirchner y la Carta a las autoridades del Fondo Monetario Internacional.
Combatiendo el capital. Las reacciones del establishment no sólo somatizan el rush que les provoca el pago de un tributo al fisco, sino la irritación de que el país entero sepa quiénes son, dónde están y qué hacen los millonarios con las cuentas más abultadas de Argentina.
¿Qué tienen los ricos en la cabeza? Mientras no aparezca la Mayra Arena del Carmel, Pablo Dipierri indaga sobre ese 0.02 por ciento de la población argentina a la que el PRO dice representar con casi la mitad de los diputados. Algunas respuestas en este número.