El astro que torció las paralelas entre lo sagrado y lo profano tuvo una despedida acorde: El ritual del adiós a Diego Armando Maradona fue una pieza desenfrenadamente maradoniana. Mientras un puñado de hinchas se hidrataban en el Patio de las Palmeras que tiene el corazón rosado de la burocracia estatal, en el Congreso el oficialismo anudó acuerdos para avanzar con su agenda. Todos al ritmo de uooh-ooo uooooh oh, hay que alentar a maradó.
Al tiempo que en la Casa Rosada los funcionarios de más alto nivel buscaron que Claudia Villafañe conceda las horas necesarias para despedir al argentino más amado del planeta, la policía metropolitana hizo lo que mejor sabe hacer.
Desde el féretro, Maradona expuso la demasía argentina. La confrontación entre la Nación y la Ciudad que se desató el 9 de septiembre de este año no encontró una pausa en la despedida del diez. Allanó un nuevo territorio para la contienda. Los cruces entre Wado de Pedro y Diego Santilli, y entre las carteras de Seguridad de Nación y Ciudad se sucedieron en redes sociales y periodísticas. El cortejo fúnebre gambeteó entre las lágrimas de los hinchas descamisados y las balas de la policía para cerrar ese capítulo represivo y escaló desde el bajo porteño hasta el segundo cordón del conurbano bonaerense, para convertir a quien fue algo más que el mejor jugador de fútbol del planeta: en un mito.
En idénticas coordenadas temporales, la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) emitió un dictamen que funge como un hondazo al proyecto inmobiliario que Horacio Rodríguez Larreta impulsa en el codiciado predio de Costa Salguero. Según informaron las autoridades de la ANAC, fundadas en un informe técnico, la rezonificación del predio para la edificación de inmuebles de 28 metros de altura es un riesgo para la actividad aerocomercial que se desarrolla a unos metros de allí.
Sólo 500 metros separan la cabecera de pista de Costa Salguero. Y si bien el dictamen que fue escrito a pedido del Gobierno de la Ciudad no es vinculante, las autoridades de la ANAC estarían obligadas a acudir a la Justicia si Horacio Rodríguez Larreta decide avanzar con su iniciativa y desoír el informe. Los detalles de esa contienda los desgrana Olivia Salas en este número.
Pablo Dipierri puso los dedos en el interconectado que es PJ de la Ciudad y constató que hay ALTA TENSIÓN. “Hay muchos que son muy antiperonistas con el interior del país, pero cuando ven a alguno del peronismo porteño, al jefe de Gobierno le brillan los ojos”, es la frase que soltó Máximo Kirchner y da cuenta de una tensión cuya descarga está por venir.
¿Estamos frente a un giro o a una nueva escaramuza?
Con Maradona o sin él, con gobierno peronista o sin él, el empresariado argentino no para y hace como la policía: lo que mejor sabe hacer. Luciana Glezer consigna que de los 11.562 millones de dólares de saldo comercial devengado que obtuvo Argentina hasta septiembre, únicamente entraron al país 7.071 millones. En ese margen están trabajando fuerte los popes de las corporaciones que tienen domicilio fiscal en Buenos Aires.
Pero el empresariado argentino no sólo abre oportunidades de negocios entre la brecha cambiaria y el oxidado control estatal. También tiene tiempo para poner un ojo en los resortes del sistema republicano. Así, fatigan parte de su valioso tiempo siguiendo el avance del aporte extraordinario en el Congreso mientras enormes bufetes de abogados bocetan la demanda con la que, en sus proyecciones, abrirán las puertas del ancho palacio de Tribunales en el que tiene asiento la Corte Suprema. Desde el túnel que conecta los pasillos de tribunales con las torres de Retiro y el palacio legislativo escribe Nicolás Marsico.
Diciembre no decepcionará. Arrancó con el desenfreno propio de una Argentina que hasta ayer nomás, caminaba de costado, con los ojos rojos y un nudo en la garganta. Ahora el drama ya está expuesto, con todo el dolor de la inequidad, la expectativa de un cóctel de vacunas, el vértigo de cada diciembre y la angustia apretada que trae el miedo a todo lo que termina. Las contiendas por el aborto legal, el impuesto a los ricos, la reforma de la procuración y la pelea fundacional entre el Puerto de Buenos Aires y las Provincias pueden asfaltar la ruta hacia un período más audaz de transformaciones o reeditar viejas frustraciones. Hay una hinchada para cada desenlace, pero sólo en una se escucha el grito que dice uooho oh uooo-oh, hay que altentar a maradó.