El dólar ilegal sacudió el polvo residual que quedaba de la anestesia que lo mantuvo bajo la siesta de los justos desde diciembre del año pasado. Se agrega al último sobresalto, dos subas mensuales previas consecutivas: nueve pesos en abril y siete en mayo cuando venía de anotar bajas mensuales en enero, febrero y marzo, llegando a tocar un mínimo de 139 pesos a principios de abril.
La cotización del dólar y la inflación, son, por excelencia, los caballitos de batalla a disposición del poder económico para condicionar las decisiones políticas de distintos gobiernos. Consta en la historia que esto le ocurrió a todo aquel que promoviera una intentona redistributiva. Entonces las presiones cambiarias son mas que previsibles al calor de una nueva campaña electoral en progreso.
Pese a su reciente recorte, para los operadores del mercado la tendencia alcista de la cotización ilegal se va a mantener por la presión que puede ejercer el pago del aguinaldo y la decisión de los ahorristas de volcarlo a dólares.
Desde el gobierno, la dan vuelta. “Lo que hubo fue intervención de algunas manos del mercado que aprovecharon activar previo a la presión que puediera ejercer el pago de aguinaldos”, afirma un integrante de la mesa de dinero del BCRA que dada la información que brinda, requiere mantener su nombre en reserva.
El volumen operado en el mercado del dólar ilegal es muy pequeño, consta de pocas operaciones. Aún sin registro alguno (obvio) no es difícil identificar quiénes se mueven y en qué sentido. Hay manos amigas y enemigas.
Para Nicolás Zeolla, el economista del momento e investigador del CCC “instalar el tema del dólar, es una película repetida. En la interpretación conviven explicaciones financieras, estructurales, expectativas, distintas cotizaciones, brechas y bla. Esta confusión no es inocente, es adrede respecto a un un objetivo electoral”.
Zeolla reconoce que en un contexto de regulación cambiaria, eludir controles y sacar provecho de la brecha siempre es una tentación, pero con los precios de hoy, las ganancias son mínimas. Al hacer la cuenta de cuanto se puede ganar con “el rulo” (obtener beneficios, hacer la diferencia con la brecha) se ganan 400 pesos cada 200 dólares. A lo que hay que sumarle un disponible de mas de 33 mil pesos para jugarlo.
“El dólar pertenece a una agenda de sectores concentrados que, al fin y al cabo, están buscando poner en debate el control cambiario”.
El investigador del CCC agrega que la economía atraviesa condiciones comerciales favorables en este frente debido a que los dólares del sector agropecuario continuarán ingresando al BCRA para engordar las reservas, aunque a menor ritmo. “Tampoco hay elementos para pensar que el dólar financiero sea precio de referencia de la economía real, o que el tipo de cambio esté atrasado. En el largo plazo, es claro que el problema estructural del bimonetarismo no desapareció. Por eso aparece con intensidad en un contexto de elecciones en el marco de una economía que empieza a moverse. La sociedad esta pensando en cómo salir del pozo y no en comprar dólares. El dato a considerar es que como el Banco Central no puede intervenir directamente en la cotización ilegal (obvio) el juego esta en las cotizaciones bursátiles.
“Los dólares financieros siguen picantes, eso se observa con claridad en los movimientos diarios” cuenta el hombre del Central, desde las sombras. “Sobre el cierre de la jornada las intervenciones del BCRA aminoran fuertemente el repunte que impone una habitual mayor demanda preelectoral en combinación a una menor oferta de divisas a futuro», contrapone el funcionario.
En el segundo trimestre, el BCRA lleva comprados más de 4000 millones de dólares que se suman a los 2260 millones adquiridos durante el primer trimestre. El acumulado del año es de un poco menos de 6300 millones de dólares.
Sin embargo, y con estos números, el BCRA compró mucho pero no acumuló reservas.
“Porque se estima que 1800 y 2500 millones de dólares fueron utilizados para intervenir el precio de los dólares bursátiles”.
La economía tiene dos precios de referencia para el tipo de cambio. Por un lado el precio al que opera el comercio exterior, importaciones y exportaciones. El dólar oficial, cuya cotización esta en la zona de los 100 pesos.
Por otro lado, el precio del dólar para retirar activos del mercado también son referencia para el funcionamiento económico. Se trata de los dólares bursátiles o financieros. Son los llamados contado con liquidación y MEP.
El CCL es el principal mecanismo de presión para forzar el ajuste del dólar oficial. La operatoria consiste comprar bonos que se pagan en pesos pero se venden en dólares. Esas divisas son transferidas al exterior. La diferencia respecto al llamado dólar electrónico (MEP) es que en este caso el dinero debe permanecer en el país, ya sea con depósito en cuenta o con destino a un fondo de inversión.
La cotización de los dólares financieros estipula cual es el precio que se paga para sacar las divisas del país. Y es el Banco Central que con su intervención, marca el precio.
“Nos están marcando la cancha, pero hay espalda” afirma el integrante de la mesa de dinero del BCRA. Se refiere a que la entidad cuenta con los dólares suficientes para abastecer la demanda, así sea para pago de importaciones, cancelaciones de deuda o poder de fuego para financiar con calma una fuga de divisas.