La principal preocupación de la oposición fue no poder copar la agenda mediática luego de la victoria que obtuvo en las elecciones PASO 2021. No lograron confluir en un discurso único y la semana estuvo dividida entre sus representantes «responsables» y los «irresponsables» según revelan desde ese espacio. Los referentes con cargos legislativos o ejecutivos plantearon que el conflicto del gobierno lo tiene que resolver el oficialismo y cualquier intervención opositora sólo aporta confusión.
La semana posterior a los resultados de las elecciones PASO estuvo signada por la crisis política, no institucional como se quiso instalar, pero si un reacomodo natural en la coalición gobernante luego de la derrota. En la previa a conocer los resultados del domingo electoral las proyecciones del oficialismo y de Juntos por el Cambio especulaban una victoria del Frente de Todos, principalmente en territorio bonaerense.
Pero donde nos queremos centrar es en el rol que cumplió la principal oposición mientras transcurrió la semana de reacomodo en el gobierno.
Allí hubo varias comunicaciones y reuniones por parte de los diferentes sectores de JxC. Pero no se logró profundizar en una postura monocorde como esperaban que sucediera los encargados de la campaña opositora y de quienes tienen responsabilidades institucionales en la gestión y en el ámbito legislativo nacional.
Quien se ocupó de mover el tablero de la estrategia opositora y obligó a que se tomen posturas más firmes fue Elisa Carrió, cuando este miércoles en declaraciones a Radio Mitre afirmó que «Un vicepresidente que vacía de poder al Presidente está haciendo un golpe de Estado” y sostuvo que los que presentaron su dimisión «se quieren correr de una derrota que es de Cristina Kirchner”.
La dirigente además agregó que «El intento de vaciar a un Presidente por por parte de un vice es algo que los franceses llaman golpe de estado» y que es algo que «ya lo hicieron varios», en referencia a Carlos “Chacho” Álvarez, vicepresidente que se alejó de la gestión de Fernando de la Rúa en 2001. “Esto ya venía mal de origen, porque Cristina Kirchner, la vice, fue la que eligió al Presidente. Un vicepresidente no puede ser el jefe de la oposición”, remató. Esto fue apoyado por el titular de su partido y diputado nacional Maximiliano Ferrarro.
Eso obligó a que desde distintos sectores, principalmente desde el entorno de los candidatos de ese espacio, se ocupen de filtrar la información de que la posición es que «este es un conflicto del oficialismo y son ellos quienes tienen que resolverlo, escuchando las urnas y el resultado electoral». Desde el entorno de Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal y Diego Santilli, expresan que lo único que les afecta como espacio político es haber perdido la centralidad de la agenda posterior a la victoria que tuvieron en términos nacionales, bonaerense y porteño.
También hubo prudencia por parte de los jefes de ese espacio en diputados. «Vamos a defender las instituciones. Pero no estamos defendiendo ni al Presidente ni a la Vice», publicó el jueves Mario Negri en Twitter y criticó al Gobierno por «sembrar incertidumbre» en vez de dar respuestas a la sociedad. «Tienen que resolver sus conflictos internos para poder ocuparse de los conflictos de los argentinos», expresó.
Según le dijeron a este medio desde el entorno del titular del bloque PRO en diputados, Cristian Ritondo, la postura es similar y hasta le bajaron un poco más el tono. «Es un tema que tiene que solucionar el gobierno y nosotros no tenemos que meternos. Es un tema que tienen que definir ellos. La oposición en esto no tiene nada que hacer porque cualquier cosa que hagamos desordena en vez de ordenar. Es una crisis que tienen desde adentro no desde afuera», confirmaron.
Más border fue la postura de la presidenta del PRO en términos nacionales, Patricia Bullrich, que en declaraciones en el canal LN+ expresó que «en el peronismo se están queriendo comer entre ellos» y aprovecho para colar la victoria electoral de su espacio al decir que «la decadencia del oficialismo es enorme ya que es la primera vez que el peronismo unido saca solamente un tercio de los votos». También en esa línea aprovechó el titular del comité radical a nivel nacional, Alfredo Cornejo, que se ocupó luego de que se conociera la carta de Cristina Fernández de esta semana en cargar contra el «kirchnerismo» al afirmar que la vicepresidenta se tiene que «hacer cargo de sus decisiones y de quien eligió para ese lugar al hoy presidente, Alberto Fernández».
En el doble juego estuvo el gobernador jujeño, Gerardo Morales, que el miércoles afirmó que «como oposición hay que garantizar la institucionalidad» pero avanzado el jueves metió la cuchara crítica al decir que «en el oficialismo están todos peleados».
Mientras tanto en los comandos de JxC a nivel bonaerense y porteño esperan la resolución del conflicto para reacomodar la agenda de campaña de cara a las generales de noviembre que con «prudencia» interrumpieron por estos días.
El viernes Vidal mantuvo una reunión con López Murphy, su nuevo compañero de lista, luego de que las PASO lo dejaran en el tercer lugar de la lista de JxC en términos porteños. Allí se empieza a diagramar la estrategia de cara a las generales que según pudo saber este medio será la agenda que la oposición pretenderá retomar cuando calmen las aguas del oficialismo.
El línea con retomar algo de la agenda mediática la oposición convocó a un encuentro de la mesa nacional para este martes y allí difundieron apuntes de lo que será la estrategia de campaña para las semanas que vienen. A pesar de las dudas en la previa finalmente el ex presidente Macri fue parte del encuentro y estuvo en la primera fila de las fotos.
Los textuales más picantes de la jornada los dejó la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, al afirmar que «hay que llegar al 45% de votos en las generales a nivel nacional para así encaminarse a una victoria en el 2023». Además agregó que la preocupación del oficialismo es porque si este resultado de las PASO se repite puede perder la mayoría en el Senado nacional con el «cual cuenta desde 1983».
Puertas adentro de la principal oposición destacan que el conflicto del FDT aportó para que los matices y diferencias dentro de la coalición cambiemita «bien aprovechado puede ser clave para saldar esas deudas y mostrar una unidad amplia en la campaña de las generales».