Los mariscales del repunte oficialista

El repunte bonaerense por parte del FDT fue evidente, se remontaron 3 por ciento de los votos y en términos concretos fueron 450 mil. «El objetivo que nos habíamos propuesto después de las PASO lo cumplimos y por eso el resultado puertas adentro fue recibido con mucho entusiasmo. Nos confirma la importancia del trabajo territorial y que cuando volvemos a las calles, el peronismo tiene mucho trabajo para hacer y resultados para obtener», le dijeron a Realidad en Aumentos desde el entorno del presidente cuando terminó el domingo electoral en el búnker oficialista.   

Como adelantamos en ediciones anteriores el foco estaba puesto en municipios puntuales, principalmente Quilmes y San Martín, que por historia peronista y por lo que habían dejado las cifras del 2019 y volumen de electores, eran los distritos a revertir. Eso se consiguió.

En San Martín, donde gestiona Fernando Moreira, hombre del ex intendente hoy ministro de Obras Públicas de la Nación, Gabriel Katopodis, se remontaron 6 por ciento de los votos y en el municipio que gestiona Mayra  Mendoza el repunte fue de 7 puntos.

También hubo resultados claves donde se había ganado en el oeste del conurbano y se logró ampliar la brecha por 5 puntos como fue el caso de Moreno y Merlo. En el primero donde conduce la intendenta del Movimiento Evita, Mariel Fernández, la distancia terminó siendo de 15 por ciento de los votos y en Merlo el intendente Gustavo Menéndez logró una distancia de 18 puntos. En  ambos distritos la sensación que había tanto en la Rosada como en Casa de Gobierno de la Provincia es que se podía hacer más y eso quedó en evidencia con estos resultados.

En el oeste también el otro modelo de evidencia electoral que se analiza por estas horas en el oficialismo es el de Morón donde gestiona Lucas Ghi. En ese municipio a pesar de que se ganó con comodidad en el 2019 ante la figura del ex marido de María Eugenia Vidal, Ramiro Tagliaferro, no se pudo achicar la diferencia ante Juntos entre las PASO y  las generales. La lista del FDT en ese distrito volvió a perder por 10 puntos a pesar de que el trabajo de cercanía, territorio y militancia fue igual que en el resto de las intendencias de la provincia.

Morón, “corazón del oeste”, como reza su slogan de marketing, que incluso mantuvo el ex intendente cambiemita, es uno de los municipios con mayor presencia productiva y comercial de la provincia y lo que se evalúa es si allí afectó la sensación de falta de impacto de las mejoras económicas que el gobierno nacional junto con  los acompañamientos y contenciones del Estado viene impulsando en los últimos meses. Ese resultado sirve como termómetro para pensar y «militar» para delante.

El otro termómetro en este caso en el norte del conurbano es Tigre con más de medio millón de habitantes. Allí el repunte como pasó en términos generales en la provincia fue de 3 puntos pero no alcanzó. La lista de Juntos encabezada por el actor denunciado por volver a ser candidato sin que se haya terminado su mandato anterior, Segundo Cernadas, le terminó ganando a la lista del intendente Julio Zamora por solo 3.500 votos. La lista oficialista remontó en todas las localidades del municipio entre 3 y 4 puntos, menos en la sección Islas donde la principal oposición creció unas décimas. En el resto Juntos quedó igual pero el oficialismo logró mejorar sus números.

Según le contaron desde el distrito a este medio hubo mucho corte de boleta con la fórmula diputados nacionales del FDT y concejales del espacio libertario de José Luis Espert que logró en la categoría concejales en  Tigre 7.86 por ciento de los votos pero que no alcanzó a colar legislador local. «Esta levantada nos da mucho ánimo para seguir gestionando y mejorar la vida de los vecinos en los dos años que nos quedan de gestión. Ahora tenemos que mostrar con acciones concretas en la medida que vaya pasando la pandemia que además de evitar un caos sanitario también vinimos a garantizar derechos y aportar al desarrollo de la ciudadanía en todos los rubros y sentidos», afirmaron en el edificio municipal de la Avenida  Cazón con el resultado final en las manos.

En Ituzaingó pasó algo parecido. El oficialismo había perdido por 3 puntos y en las generales del domingo volvió a perder pero solo por 1.150 votos.

El último dato que entusiasmó en el bunker del frente oficialista y que había prendido todas las alertas en  las PASO fue la situación de La Matanza donde se había logrado una ventaja del 10 por ciento. Ese porcentaje para el municipio peronista por excelencia en el conurbano bonaerense fue leído como «pobre». Esta vez la historia fue diferente. Se logró dejar atrás a la lista de Santilli por 22por ciento y allí el resumen fue que el contacto directo con el vecino hace la diferencia sobre todo en municipios donde la estructura de militancia está tan arraigada como es en el caso del distrito que gestiona Fernando Espinoza. Al único que le molestó este dato fue al periodista de la señal Todo Noticias que cuando conoció la diferencia con la que ganó el oficialismo en ese distrito se quejó: «Ampliaron la distancia a pesar de que mataron un kiosquero días antes de las elecciones».

El saldo revelador para lo que vendrá lo tiene contento por estas horas al gobernador Kicillof. Con estos resultados el frente logra sumar a partir del 10 de diciembre tres senadores provinciales en la legislatura bonaerense con lo cual queda empatado en cantidad de manos con Juntos y con la ventaja que ante cualquier empate quien decide es la vicegobernadora Verónica Magario. Entre otros proyectos la oposición le viene frenando en ese recinto la ley de cultivo legal de cannabis medicinal al oficialismo lo cual se espera que sea aprobado después de fin de este año.

Lo otro que tiene que trabajar el legislativo es qué pasará con la ley de Vidal que prohíbe la reelección con dos mandatos cumplidos de los intendentes, concejales y consejeros escolares de la provincia. Con un senado igualado ese debate y modificación puede avanzar. Esto solo abre una diferencia más dentro del oficialismo. Muchos dirigentes de La Cámpora quieren competir en los distritos donde sus socios del FDT ya no podrían renovar si esta ley no tiene marcha atrás. Ahí se abre una diferencia sobre la renovación o la continuidad de los procesos que ya se vienen dando en esos municipios. Este es un matiz que el oficialismo también tendrá que saldar. Pero esta historia la dejamos para más adelante. Ahora festejan todos en la misma vereda.