El mapa post electoral en todo el territorio nacional quedó pintado de amarillo. Allí se expresa la victoria de Juntos por el Cambio en la sumatoria de todos los distritos y municipios del país. Pero la estructura nacional de la UCR lo consideró injusto en los últimos días.
Podemos decir que en la interna de la coalición opositora el radicalismo perdió la batalla cultural porque el color que representa a ese frente es el mismo que representa al PRO, y lo que antes no molestaba ahora empezó a hacerlo.
Este miércoles el titular del comité nacional del partido centenario, Alfredo Cornejo, se ocupó de hablar del volumen territorial que la UCR le aporta a JxC y de cómo ese mapa tendría que estar pintado de rojo. «En los principales distritos del país, Mendoza, Córdoba, Santa Fe nuestra coalición ganó con la presencia y el armado de nuestro partido. Y en Buenos Aires si no hubiese sido por Facundo Manes, Santilli no hubiese podido ganar», lanzó para fogonear la interna presidencial de cara al 2023 en declaraciones en Fm Rock and Pop.
Esto se sumó al debate interno que abrió el último fin de semana largo el diputado nacional y dirigente de Evolución de Martin Lousteau, Emiliano Yacobitti, al afirmar que después del repaso de los resultados del 14 de noviembre, y contemplando la relevancia que tomo la UCR para los resultados distritales y nacional, la conducción del interbloque y del bloque radical en diputados no puede seguir en manos de Mario Negri. De quien puertas adentro del comité nacional se afirma que «no solo es condescendiente con el PRO en todas las decisiones sino que encima su lista perdió en Córdoba en las PASO frente a Luis Juez y Rodrigo de Loredo».
De Loredo, que sacó el 54% de los votos en su victoria en la provincia que gestiona Juan “Gringo” Schiaretti, también se anotó en las últimas horas en la pelea por la conducción del bloque en diputados y apoyó la moción de Yacobitti. Sin embargo desde los sectores UCR que quedaron más pegados a lo que fue la gestión cambiemita y desde el sector que representa al comité radical en la provincia de Buenos Aires, con Maximiano Abad a la cabeza, dicen que este intento no avanzará porque no le alcanzarán las manos a los «disidentes» para reclamar la conducción del bloque.
Lilita Carrió, como es habitual, sumó fuego a ese debate interno y a pesar de representar al tercer partido del armado -la Coalición Cívica-, dijo que Negri es quien debe seguir conduciendo el interbloque.
Esta disputa de poder es un capítulo más de las dos posturas que representan al partido centenario en estos días y que en Realidad en Aumento venimos contando: los que creen que el funcionamiento de JxC está bien así y debe seguir en esa línea y los que reclaman el lugar que no obtuvieron durante la gestión 2015/2019 y pretenden poner en valor la estructura territorial que le dio, sobre todo en esta última elección, la UCR al frente opositor.
Todo esto sucede mientras el comité nacional se prepara para una nueva elección. En diciembre, Alfredo Cornejo, dejará la conducción del partido a nivel nacional y ya se van anotando los que quieren ser sus sucesores para cuando los 96 congresales del partido en todo el territorio argentino elijan a su próximo presidente.
El primero que planteó su anhelo fue el gobernador jujeño, a quien también la titular del PRO Patricia Bullrich anotó para la carrera presidencial del 2023, Gerardo Morales. Pidió ser parte del debate por la presidencia de la UCR al poner sobre la mesa su resultado en las urnas donde ganó por más de 20% de los votos. La interpretación de los correligionarios sobre ese apoyo de Bullrich al jujeño es la intromisión una vez más del PRO al armado y la interna de su propio partido.
También se anotó con un argumento similar Gustavo Valdez, que sumó como dato que reeligió para ser gobernador por cuatro años más en Corrientes. Y por último el tercero en discordia es el senador nacional Martin Lousteau, que cuenta con la ventaja de que el comité porteño del partido le responde de manera íntegra a él.
Al senador nacional se le suma solo un desafío para cuando llegue el momento de definir el próximo presidente radical. Debe convencer a los dirigentes universitarios de la UCR, muchos de ellos congresales nacionales, de que no tiene un acuerdo con Larreta para ser su sucesor en la jefatura de gobierno porteño cuando el hombre del PRO vaya por la presidencia en dos años. Este reclamo no contempla un punto importante: Lousteau ya no quiere ser jefe de gobierno porteño, quiere ser presidente.
El último que se sumó a la pelea por la conducción del bloque en diputados fue el economista y diputado electo, Martin Tetaz, que fue compañero de fórmula en CABA con Vidal, pedido por Lousteau. A través de su cuenta de Twitter posicionó para esa conducción parlamentaria para «un nuevo radicalismo encarnado en las figuras de De Loredo o del neurocientífico Manes».
Los nombres que suenan para conducir al radicalismo en los próximos años también se anotan en la carrera presidencial. Dentro de la estructura nacional del partido suenan para disputar ese lugar al candidato que defina el PRO, luego de que Macri el último jueves llamó a una gran PASO dentro de la coalición de la cual es parte, cuatro nombres: Manes, Morales, Cornejo y Lousteau.