Cada punto de crecimiento, implica más cantidad de dólares. Esta explicación tiene varias aristas. Primero porque todo lo que se fabrica en el país tiene al menos un componente importado, con lo cual a mayor actividad industrial, más cantidad de importaciones. A esto se agrega que un mayor nivel de actividad viene acompañado también por un aumento en la demanda de energía, y con el país funcionando en niveles pre pandemia, la infraestructura no da para cubrir la demanda interna, básicamente porque no hay cómo transportar ni almacenar la fenomenal capacidad de recursos que brinda Vaca Muerta, de esto se desprende la necesidad de importar hidrocarburos.
Además, y no menor, es que a la demanda de dólares productivos que requiere el crecimiento, la acompaña el comportamiento dolarizador de toda renta que caracteriza a la economía local. Esto significa que cuanto mayor es el excedente que se genera, mayor es la presión sobre la divisa. Por último, considerar que con la bonanza vuelve el turismo exterior, y estos también son dólares que salen de las arcas del Banco Central.
Entonces lo que dice el Fondo es que esos dólares no son nuestros. No son para financiar el crecimiento, sin antes pagarle a los bonistas.
El FMI es la institución garante del interés de los fondos que negociaron una reestructuración de la deuda con Martín Guzmán. Porque se descuenta que un acuerdo con el organismo trae consigo un plazo de gracia.
Tal como se consigna en la edición anterior de REA, Guzman avanza hacia la firma de una carta de intención con el organismo antes que termine diciembre.
La meta fiscal que exigen desde Wall Street ya está cumplida. Y según las estimaciones del presupuesto, el año próximo se va a sobrecumplir. Esto significa que el déficit no es materia de discusión ante el FMI. La tarea está hecha. Es dato que la convergencia de Guzmán es más fiscalista que el fisicalismo.
El punto nodal y conflictivo entonces es el crecimiento.
Según una fuente del Palacio de Hacienda, en una de las mesas técnicas con el Ministro, la responsable del caso argentino por el Fondo, Julie Kozack, expresó: “No te alcanzan los dólares para crecer al 4 por ciento. Hacelo al 2,5 así tenés disponibilidad de divisas para cumplir con el compromiso con los privados”.
Según el ex vicepresidente Amado Boudou ahí reside la relevancia del orden de los factores distribuir y crecer. “La exigencia del Fondo expone que a las claras crecer para distribuir no solo es derrame, sino que es inviable. Por eso primero hay que distribuir para después crecer”.
El gobierno tensiona dos proyectos económicos que no encuentran una síntesis. El pleno a las exportaciones que impulsa una parte del gobierno, son dólares que la estructura económica argentina transfiere al exterior. Se genera la riqueza, pero se la lleva otro.
En contraposición, alimentos y energía barata, requiere el despliegue de recursos del estado, uso de las herramientas de política económica soberana como son la moneda nacional y el control total y absoluto de la evolución de precios y salarios bajo la órbita estatal.