Los radicales también piensan en el 2023

Pasadas las elecciones PASO el concepto «internas de Juntos por el Cambio» quedó planchado una vez concluido el acuerdo que cerró filas entre otras cosas con Diego Santilli y Facuendo Manes compartiendo lista en la provincia de Buenos Aires. Pero por más que el acuerdo de esos sectores haya desandado esa estrategia de cara a las generales de noviembre hay gestos que no se pueden obviar y esta semana las diferencias sustanciales se reactivaron.  

Los eventos que las marcaron fueron dos: la indagatoria suspendida a Mauricio Macri en Dolores por las escuchas ilegales a los familiares de las víctimas del ARA San Juan y el acto del radicalismo en Ferro conmemorando un nuevo aniversario de la victoria de Raúl Alfonsín en la vuelta de la democracia en 1983.

Después de convocar con bombos  y platillos a la «militancia cambiemita» a acompañar al ex presidente a lo que iba a ser su declaración, que finalmente se concretó el miércoles 3 de noviembre, quedó expuesto que el llamamiento de la presidenta del  PRO, Patricia Bullrich, tuvo poco impacto.

Primero se prometieron 400 micros e instalaron de ese sector que iba a ser una convocatoria multitudinaria que no se vio reflejada en Dolores y a eso se sumaron las ausencias que marcan que por más que el acuerdo electoral continúe, el acuerdo ideológico y de contenido está lejos de estar sellado, menos cuando Macri es el protagonista.

De la UCR solo estuvieron presentes el Senador nacional por Formosa, Luis Naidenoff, y la diputada nacional por la provincia de Buenos Aires, Alejandra Lorden. Que después se fueron directo para el acto de Ferro del último jueves.

Tampoco hubo nadie de la estructura porteña de Larreta pero sí estuvo el grupo fijo de los intendentes de ese espacio que encabeza Jorge Macri, seguido de Julio Garro de La Plata, Diego Valenzuela de Tres de Febrero y Néstor Grindetti de Lanús que además es el jefe de campaña de Santilli. En ese bunker se decidió que ni Vidal ni Santilli estuvieran presentes. Del sector de la ex gobernadora y hoy candidata porteña solo se lo puede contar al titular de la bancada del PRO en diputados, Cristian Ritondo. Luego las caras conocidas siempre cercanas al ex presidente: Hernán Lombardi, Nicolás Dujovne, Pablo Avelluto, Andrés Ibarra y Francisco Cabrera.

Con respecto a Lilita Carrió y la Coalición Cívica la señal fue más dura. La ex diputada bajó la orden de que ningún referente de su espacio esté presente en la citación judicial, ni siquiera los integrantes locales de la CC. El argumento fue que ella no se mueve “a ningún lado con tanto calor”.

El acto de Ferro también profundizó esos matices y desde el sector de Larreta observan con soberbia o con atención. El microestadio del club porteño del barrio de Caballito se llenó de dirigentes del radicalismo y se sumó también con contundencia una pata que la UCR tiene floja. La militancia y su convocatoria a actos públicos. Esta vuelta la ecuación les cerró y los dejó entusiasmados.

El evento demuestra ni más ni menos que la intención de seguir ganando peso dentro de la estructura cambiemita pensando en el 2023 para dar ese debate a futuro enfrentando a sus socios de coalición, el PRO.

Los más descreídos analizan que pase lo que pase siempre terminan sumando al juego de lo que el PRO propone. La otra lectura de ese espacio es que la sociedad con el partido de Macri  permitió que el partido centenario no muera y recobre relevancia en los últimos años con intendencias y cargos legislativos, lo que los volvió a instalar como una alternativa pero que teniendo en cuenta el vacío que les hizo Macri durante los cuatro años de su gestión hay que aprovechar al frente, hoy opositor, pero para más tarde o más temprano hacerlo jugar a favor del partido que hoy tiene como nueva figura al recientemente afiliado, Facundo Manes.

Además de las primeras líneas de la UCR, reapareció Ernesto Sanz, socio clave de Macri en el 2015 y principal promotor del acuerdo y el pacto de Gualeguaychú. También estuvieron la mayoría de los intendentes del partido en la provincia de Buenos Aires incluido Gustavo Posse, rival de la cúpula radical bonaerense pero hoy con buen diálogo. Sin  embargo  se sintió la ausencia de la figura con mayor proyección que tiene ese espacio, el senador nacional  Martin Lousteau, que acusó recibo de actividades en Catamarca para justificar su faltazo.

La UCR al día de hoy, si emprende el camino 2023, tiene una contradicción que no es menor y que tiene a Lousteau y Manes como principales figuras.

El Senador nacional fue el principal impulsor de la estrategia del neurólogo en la provincia de Buenos Aires. Armó, desarmó y trabajó mucho para construir esa opción competitiva en términos bonaerenses que según analizan desde su entorno trajo buenos resultados.

Ahora bien, Manes fue el protagonista del acto de Ferro -«la Argentina necesita un cambio radical», dejó como título-,   y muchos después de su desempeño positivo en las PASO lo ven como lo nuevo y como quien puede garantizar volumen y mancomunión en ese partido como figura presidencial para el 2023. Pero el dilema aquí es que su padrino en este momento electoral también quiere.

Como hemos contado en Realidad en Aumento desde el entorno del senador le confirmaron en varias oportunidades a este medio que la carrera de Lousteau ya no es por la jefatura de gobierno porteño como pretendió elecciones atrás sino que ahora todo su trabajo está puesto en la carrera presidencial.