“La prohibición de la imaginación teórica abre camino a la locura política”, escribieron Max Horkheimer y Theodor Adorno en Dialéctica del Iluminismo durante el apogeo del fascismo en el Siglo XX. Denostado por su prosa encriptada y barroca pero también por su pesimismo implacable, ese libro en general y esa frase en particular linkean directamente con otra sentencia del segundo de ambos coautores: “Adolf Hitler no murió, sino que se escondió en Estados Unidos”.
Sin jactancias de ningún tipo, la referencia ratificaría que ni el mandato de Donald Trump ni las pugnas geopolíticas por las vacunas contra el coronavirus como así tampoco la trama de los grupos económicos locales con las corporaciones mediáticas y el Poder Judicial como culatas nacieron de un repollo. El problema de la hora radica, al parecer, en la escasez de coraje para la formulación de enunciados inquietantes o la clausura previa de cualquier itinerario gubernamental que propicie respuestas incómodas y abra caminos menos tamizados por los custodios orgánicos de la arquitectura financiera y jurídica dominante.
Aun así, resplandecen oportunidades porque ningún imperio es inexpugnable ni sus tentáculos sellan hasta el último intersticio. Como tantas otras veces en la historia, el calendario 2021 ofrece instancias que podrían presentarse como bifurcadas decisivas: la vida es pródiga en revanchas pero habrá de tenerse en cuenta que el adversario también juega. La cuestión central estribaría, sin embargo, en el diseño de una hoja de ruta o, al menos, el esbozo de un programa que anime la energía militante o habilite discusiones que robustezcan la organización y actualicen el pensamiento estratégico o, por más escozor que generen dentro y fuera de la Casa Rosada, las bases doctrinarias.
Qué
Un silencio casi sepulcral se expandió en las diferentes tribus del oficialismo ante la imposibilidad de que el Frente de Todos acredite mayoría en la Cámara de Diputados para darle la media sanción restante a los proyectos de ampliación de juzgados federales, tópico conocido vulgarmente como reforma judicial, y la modificación de la normativa vigente para el funcionamiento del Ministerio Público Fiscal (MPF), antes de la apertura del período parlamentario ordinario. Bloques aliados al oficialismo merced a la urdimbre del propio presidente Alberto Fernández y el titular de ese cuerpo de legisladores, Sergio Massa, manifestaron su reticencia al tratamiento y abonaron el rechazo de Juntos por el Cambio.
La experta e incombustible Graciela Camaño, integrante de la bancada que responde al economista Roberto Lavagna, consideró que su inclusión en el temario de sesiones extraordinarias era “inoportuna”, a pesar de que el ítem fuese incluido por el Jefe de Estado que trató de seducir al ex ministro de Economía al menos tres veces con la conducción del Consejo Económico y Social, en tanto que los diputados cordobeses que responden al gobernador Juan Carlos Schiaretti deslizaron que no votarían a favor. “Encarecen su apoyo en el inicio de un año electoral”, soltó una fuente consultada por este medio al filo de la cautelar que dictó el Juzgado Federal Nº 1 de la provincia mediterránea plagada de sierras contra el decreto 690/2020, cuyo articulado declaraba las telecomunicaciones como servicio público esencial e impidió hasta fines de enero, entre otras cosas, que cableoperadoras, telefónicas y proveedoras de internet facturasen aumentos tarifarios a su antojo, ante el reclamo de la firma TV Cable Color. La resolución judicial desató un jolgorio extendido en la constelación mediática opositora y confirmó la potencia de los intereses de clase que enlazan los batallones de emporios periodísticos con los despachos judiciales y los foros empresariales.
Hasta el cierre de este artículo, las espadas kirchneristas en debates de tintes jurídicos no emitían opinión. El batacazo emergió, para variar, de boca de Elisa Carrió, quien admitió que durante el gobierno de Mauricio Macri se trabó un acuerdo político para desplazar al juez Eduardo Farah de la Cámara Federal porteña luego de que otorgara el cese de la prisión preventiva para los empresarios Fabián De Souza y Cristóbal López en la causa Oil Combustibles. “Hubo errores del anterior gobierno, que en vez de sanear realmente la Justicia hizo determinados acuerdos”, profirió la ex diputada chaqueña al ser consultada por el regreso de Farah dispuesto por decreto presidencial.
El 31 de enero pasado, la periodista Alejandra Dandan publicó una nota en El Cohete a la Luna donde se detallaba que la Dirección de Asistencia a la Justicia en Delitos Complejos y Crimen Organizado (DAJuDeCO) aportaría en los primeros días de febrero pruebas de conversaciones en las que Macri inquiría a López, a fines de 2015, por la línea editorial de C5N porque pretendía que la por entonces presidenta saliente, Cristina Fernández de Kirchner, terminara presa. Esos testimonios, al igual que las declaraciones de la lenguaraz chaqueña, activarían por sí solos resortes reparadores contra el lawfare pero los que fatigan pasillos y bares entre Comdoro Py y el palacete de Talcahuano consignan que es difícil que el chancho chifle.
Cuándo
Un habitué de las tertulias de Justicia Legítima le dijo a REA que a fines de diciembre alzaron las copas con la sensación de que la mentada “reforma judicial” saldría antes de marzo pero en la previa del final para la feria judicial se desayunaron con la falta de quórum en la cámara baja. Expertos en Derecho que criticaban por módica la iniciativa del primer mandatario en la materia habían depuesto sus anhelos más transformadores y se conformaban con el proyecto en danza. “Estamos desconcertados y espero que no se postergue el tratamiento hasta que pasen las elecciones de octubre porque sería como sacar el tema del calendario pero, evidentemente, va a estar complicado”, comentó otro de los consultados que asistía a los mismos entornos de jueces, fiscales y abogados que bregaban por la democratización del más conservador de los poderes del Estado.
A través de un intercambio de mensajes por WhatsApp, un magistrado respondió con un dejo de resignación a la pregunta de Realidad en Aumento por el derrotero de la modificación del MPF para la designación del Procurador y el cambio en la cantidad de juzgados. Cuando se le pidió precisión sobre la chance de que al Frente de Todos le falte voluntad o la supremacía de los tribunales sea más fuerte, optó por canjearle la disyunción de la “o” a la conjunción de la “y” al axioma, y expresó: “no sé cuál puede ser el destino en Diputados pero siempre puede ser la conjunción y”.
Cómo
La última encuesta de la consultora Analogías, publicada el 26 de enero, arrojó que las expectativas económicas “se siguen deteriorando aceleradamente con énfasis desde el mes de noviembre”. Según el sondeo, un 20% de la muestra cree que la política económica actual es de carácter expansivo pero un 50% sostiene que es “de ajuste”, mientras que el resto no pudo caracterizarla. Además, el relevamiento recoge desde octubre que la inflación persiste como principal preocupación para el 26% del universo de los consultados (ver, asimismo, la nota de Luciana Glezer en esta edición).
“Es evidente que la depresión en el nivel de salarios y la visión acerca de que el Gobierno no está implementando una política de impulso de ingresos de los trabajadores y de demanda impactó en el plexo de expectativas, en las preocupaciones y en el reclamo de una recuperación del salario real. Advertimos una demanda muy fuerte en ese aspecto”, sostuvo su directora de Comunicación, Marina Acosta.
No obstante, la dificultad no obedecería tanto a la atribución de falta de sensibilidad en el oficialismo como a las taras para el acceso a la trabajosa y, por momentos, inalcanzable síntesis ideológica e itinerario programático de la coalición oficial. La heterogeneidad es macanuda pero no siempre conducente.
Al respecto, el psicoanalista y ensayista Jorge Alemán, quien publicó un texto breve pero contundente en Página 12 a modo de propuesta para la tramitación de los conflictos internos del oficialismo, sostuvo en una entrevista reciente con FM La Patriada que habría que acostumbrarse a procesos muy parciales, donde el deseo no se muera y donde insistir sea la divisa, considerando que ya no hay meta final o no hay destino ni relatos que contengan o nutran una militancia revolucionaria como antaño.
El riesgo que acecha en esa búsqueda es que la indecisión y los vaivenes que tiñen la actual gestión nacional deriven en la apatía y el desencanto social, conjugándose con el hartazgo por una pandemia cuyos efectos no se disipan fácilmente más allá de que el precio de los commodities cotice al alza y eso beneficie, al menos en los cálculos o estimaciones de crecimiento posible, a países como Argentina. La pregunta, en todo caso, sería cuánta imaginación financiarían los dólares que se capturen por retenciones a la exportación de soja para eludir la chatura política.
Esas incertidumbres enfrenta, a su modo, la apuesta intelectual del presidente del Consejo Deliberante de Hurlingham, Damián Selci, con sus libros Teoría de la militancia y La organización permanente, donde llama a retomar las labores de una lucha emancipatoria que “pase a la ofensiva” y siembra la intriga sobre lo que implicaría trasladarse del diagnóstico a la acción. Parafraseando, de nuevo, a Horkheimer y Adorno, podría decirse que el propósito sería saltar de la estetización del encierro a la politización de la salida. Porque como acuñó Alemán respecto del estrago por el Covid-19, ahora no hay después.