Pasar la gorra

El viaje de Martín Guzmán leído en tres tramos: acreedores privados en Nueva York, organismos multilaterales en Washington, recolección de apoyos por Europa y Asia. El respaldo de la comunidad económica internacional como condición necesaria para lograr un acuerdo de deuda sostenible.

Les privades

La primer parada de Martín Guzmán en Nueva York, resulto una escena dramática. El encuentro con los acreedores privados se dio en simultaneo con el desplome de los papeles argentinos. Los tipos que el ministro tenía en frente son titulares de bonos que según el estado nacional valen 100 pero por los que el mercado paga 30. Esta depreciación tiene que ver con el desprendimiento masivo, dado el exceso de oferta de estos instrumentos. La imagen del tiro en el pie, aunque en este caso viene con efectos masivos.

Las reuniones se realizaron de a cinco concurrentes, pero con muchos fondos más enganchados de manera virtual a través del Zoom. Si bien muchos quedaron fuera (por decisión del propio Guzmán, los fondos críticos no fueron convidados), la mayoría de las entidades que intervinieron en el canje de deuda de agosto del año pasado, y que respetaron al menos hasta fin del año el “pacto de caballeros” de no vender esa deuda, participaron de alguna de las presentaciones del ministro. Todas basadas en los mismos papers y filminas, con la intención de convencerlos de permanecer en poder de los papeles argentinos, a la espera de mejores momentos de cotización.

Se trata de fondos de inversión que, hasta la semana pasada, habían recibido en agosto de 2020 títulos públicos con cotización internacional a un Valor Presente Neto (VPV) de 54,8%; apuestas que hoy navegan con dificultad de sostener un 33%. Esto es en nivel de default. La estrategia de Guzmán en Nueva York se basó en no justificar la caída, sino en mostrar que los números de la Argentina del 2021 sorprenderán por lo buenos, y que para el 2022 comenzará una nueva etapa de crecimiento sostenido.

Afirmó el ministro que los datos oficiales que se manejan en Buenos Aires, hablan de una recuperación de la economía en niveles superiores a los esperados originalmente; y que para el segundo trimestre del 2021 se podrán observar datos de crecimiento de dos dígitos en la comparación interanual. Mostró también la curva de recuperación de la recaudación en los impuestos vinculados a la actividad y el consumo, con la inflación acelerada del primer bimestre del año; explicando que los 10 puntos de diferencia que se observan desde diciembre a febrero, continuarán el resto del año en el mismo nivel. O incluso se separarán aún más, ya que Guzmán siguió defendiendo ante los fondos de inversión su proyección de una inflación más cerca del 29% que del 50% que esperan los privados.

Finalmente, aseguró que esta tendencia recaudatoria determinará que al final del año el registro de déficit fiscal será menor al 4,5% y que no debería sorprender un nivel inferior al 3%. El ministro afirmó que su intención es sostener los niveles de gasto público en los estados actuales; meta que se conseguiría sin aplicar los planes sociales que se ejecutaron durante el 2020. Para Guzmán, si este estancamiento del nivel de gasto se cruza con la mejora de la recaudación; la meta fiscal presupuestada mejorará sin necesidad de aplicar sintonía fina sobre los subsidios.

Les organismes

Banco Mundial, FMI y Tesoro de Estados Unidos. El orden cronologico del recorrido institucional no es aleatorio. El gobierno nacional apunta a estirar la negociación hasta octubre. No solo por la elecciones a nivel local, sino porque a mediados de ese mes se realiza la asamblea anual conjunta del Fondo y el Banco Mundial.

Para que la deuda argentina sea pagable, hay que modificar el estatuto del FMI, secuencia que no tiene antecedente histórico. Eso explica el afan del país por ser bancado en su misión por los jugadores de peso a nivel planetario.

Teoricamente la rigidez del plazo a diez años que estipula el acuerdo de facilidades extendidas le impone a la Argentina pagar capital desde el 2026 (el primer o segundo semestre dependerá de la firma del acuerdo en 2021 o 2022); liberando liquidaciones durante toda la gestión actual de Alberto Fernández. El problema es que los pagos se acumularían en 7 años, obligando a un plan de cuotas de interés y capital acumulado con pagos superiores a los 4.000 o 5.000 mil millones anuales.

Las cuentas nacionales indican que Argentina no puede pagar mas de 2.000 millones por año

Por eso Guzmán fue recibido por el director gerente de Operaciones del Banco Mundial, Axel van Trotsenburg, quien se comprometío a mandar dos mil millones de dolares para infraestructura y políticas públicas dirigidas a sectores vulnerados. “Vamos a apoyar a la Argentina con hechos y no con palabras” afirmo el funcionario en una versión yanki del “personism mood”. Horas mas tarde, David Malpass, presidente de la institución, concretó un encuentro virtual con Alberto Fernandez.

Así, carta en mano, el ministro de economía lleva sus intenciones al FMI.

Cinco capítulos para discutir hasta octubre: responsabilidad política del fondo en el prestamo a Macri, extensión de plazos (llevar a 20 años lo que hoy se estira como máximo en 10), tasas de interes del 3%, montos a pagar y aplacar cualquier intentona de reforma integral sugerida por el organismo.

El útimo escalon de este tramo es el que traía mayor expectativa, el tesoro norteamericano. El aguante de Estados Unidos es la llave maestra. No solo porque posee el voto decisivo hacia dentro del FMI, sino que, detalle no menor, marca el rumbo para el resto de las potencias que Argentina tiene que embolsar para acercarse a sus objetivos. No obstante al cierre de esta edición, los trascendidos indicaban que finalmente, y a pedido del Presidente Norteamericano Joe Biden, excusado en la crisis sanitaria, Martín Guzmán no será recibido en esta oportunidad por Janet Yellen, secretaria del tesoro norteamericano.

Les Embolsades

Guzmán se embarcará en una gira por países europeos y asiáticos, según informaron desde el Palacio de Hacienda, para reunir aval necesario para extender los plazos de vencimiento, lo que se traduce como“cambiar las reglas de la arquitectura financiera internacional”, tal como lo definió el ministro en una reciente entrevista.

En mayo vencen 2400 millones de dólares con el Club de París, formado por 22 países, entre los que están Estados Unidos, Alemania, el Reino unido, España, Italia, Rusia y Japón, naciones con peso en el board del Fondo

En ese raid, el ultimo destino será China, donde el presidente Alberto Fernandez tiene previsto viajar el próximo 5 de mayo para reunirse con el mandatario Xi Jinping

El viaje de Alberto Fernández a China podría ser una señal de desagrado para Estados Unidos que a toda costa busca impedir que Beijing haga pie en América latina. Pero las inversiones chinas prometidas en la Argentina parecen ser demasiado apetecibles y pesan más en el tablero de la geopolítica ante un país que está sumergido en una grave crisis económica

Está claro que la idea de China de desarrollar proyectos de infraestructura, el despliegue de tecnología 5G en telecomunicaciones y planes de energía nuclear compiten abiertamente con la ambiciones de Washington.