El país de la libertad

“Mi amor, la libertad es fanática; ha visto tanto hermano muerto, tanto amigo enloquecido, que ya no puede soportar la pendejada de que todo es igual”. Blus de la libertad (1996). Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota   La pregunta por la libertad remite, indefectiblemente, a la idea del …

El horror al vacío

El agobio se apodera del espíritu militante que nutrió al Frente de Todos, mientras la interna de la coalición oficial deja al desnudo el simulado estoicismo del presidente Alberto Fernández frente al furor de las críticas que despacha la vicepresidenta Cristina Kirchner a través de sus emisarios. El miedo a la derrota empuja a gobernadores, sindicalistas y dirigentes de las distintas tribus peronistas al diseño de constelaciones más o menos nobles pero a menudo tenues bajo la órbita del calendario 2023. Los agujeros negros que deja el gobierno se llenan con la angustia que vende el mercado sin que el gabinete económico armonice las variables ni el campo popular detenga el drenaje de la representación hacia los commodities de la resignación.

Gobierno en flor

Alberto Fernández se puso al hombro la pelea voto a voto, dentro del oficialismo, para conseguir la aprobación del acuerdo con el FMI. Cristina Kirchner, en tanto, mueve hilos para que la cosecha de abstenciones crezca. Las dimensiones del trauma que experimente el gobierno en recinto alumbrarían una nueva etapa después del tratamiento o profundizarían la anomia disolvente de la entente electoral que ganó en 2019 pero se derrite progresivamente en vanidades y promesas incumplidas.

Eclipse total del Frente de Todos

La coalición de gobierno padece dos problemas al mismo tiempo. Por un lado, la neutralización descendente entre sus fracciones, sin que ninguna prevalezca sobre la otra para establecer un rumbo certero y sin vacilaciones. Por otro, la confusión de sus cuadros para distinguir la pasión militante de las razones de Estado, sin abandonar las convicciones ni tropezar con infantilismos.

La hora de la madurez

La remontada bonaerense del Frente de Todos oxigena al gobierno de cara al desfiladero angosto que le espera hasta 2023. La derecha se consolida en casi todo el territorio nacional y se perfila con un piso del 40 por ciento del electorado. El desafío del oficialismo será el de sacarle provecho a su muñeca política para un acuerdo que no rife soberanía con el FMI, un entendimiento con los grupos económicos para que no pulvericen el bolsillo de los argentinos y un pacto con la oposición sin regalarse ideológicamente.